viernes, 2 de febrero de 2018

Relatos cortos: El dilema de Mari…

¡Odio San Valentín!

Se acerca el día de los enamorados y como todos los años me invade la misma pregunta, qué narices voy a regalarle en San Valentín...

Es, sin duda, culpa mía, puesto que me empeño año tras año en sorprenderle. Aunque no lo parezca es muy difícil acertar con el regalo que le haga emocionarse, aunque sólo sea un poco. Pero yo, tozuda, no me rindo.

Desde que estamos juntos, que son varios años ya, he probado con regalos clásicos como bombones u otros de temática amorosa y un poco ñoña como una foto nuestra enmarcada en un portafotos con forma de corazón, un albornoz rojo pasión donde pone I love you, un colgante de juntos para siempre , una cena romántica, incluso algún elemento de lencería llamativo… pero, desgraciadamente, no le han hecho mucha ilusión, más bien ninguna… visto que la foto está en el salón escondida en la estantería entre libros y películas en dvd; el escandaloso albornoz sigue en la bolsa de celofán y no lo ha usado jamás; y, finalmente, el famoso colgante no sé ni donde estará metido…

Sin embargo, mentiría si dijera que la lencería y la cena no surten el efecto deseado… parece que ese regalo sí le gusta y, de hecho, lo repetimos ocasionalmente…. La pega es que, si sigo cenando así, ¡¡¡terminaré por no entrar en la lencería o pareceré una morcillita sexy!!!

Se me ocurre este año, optar por algún tipo de gadget electrónico, una herramienta ingeniosa o algún complemento masculino que pueda, por fin, impresionarle.

Sin lugar a duda, he recurrido a la página web que Felisa nos recomendó a todas y he echado un largo vistazo. Ofrece variedad de ideas interesantes: son originales los abrebotellas y complementos para el vino que ofrece en la categoría gourmet; también me llamó la atención la diversidad de linternas, navajas multiusos y herramientas prácticas que presenta; al igual que complementos como llaveros originales, set para limpiar el calzado, bolígrafos elegantes y petacas.

Yo me he centrado más en la electrónica, creo que puedo acertar si le sorprendo con una radio para la ducha, un altavoz bluetooth o una lamparita para el ordenador…

¡Qué dilema!

Mientras escribo estas líneas pienso en lo sencillo que es para él, pues, simplemente, abre la billetera y me suelta… ¡cómprate lo que quieras!… Sin ningún calentamiento de cabeza. ¡¡Qué felicidad!! Y además… siempre acierta, ¿no te fastidia?

¿Y si este año cambiaran las tornas?, ¿y si me hago la olvidadiza y no hay detalle para regalar?... ¿y si la sorpresa es que no hay sorpresa? ... ¿y si…? ……… ¡¡ Qué va!!! …lo mío no tiene arreglo… ¿a quién quiero engañar? … ya he decidido:

Este año será la radio para la ducha… a ver si así, tras la cena y la lencería, nos damos un baño con música romántica y usamos… ¡¡el albornoz!!

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